Es un proceso obligatorio e integral por el que deben pasar todas las instituciones de educación superior (IES) en Chile. Su objetivo es que se reconozca públicamente su calidad a partir de criterios y estándares bien definidos, y promover la autorregulación y la mejora continua.

La Comisión Nacional de Acreditación (CNA), organismo público y autónomo, es la instancia encargada de evaluar y acreditar la calidad de las IES, tales como universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Además, la CNA acredita carreras y programas específicos.

La acreditación institucional es un modelo establecido por ley que consagra su obligatoriedad y que evalúa todas las sedes, funciones y niveles de los programas que imparte la institución, así como aquellas carreras y programas de pre y postgrado que hayan sido seleccionadas por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) para su revisión.

La acreditación institucional considera las siguientes nuevas dimensiones evaluativas:

  1. Docencia y resultados del proceso de formación.
  2. Gestión estratégica y recursos institucionales.
  3. Aseguramiento interno de la calidad.
  4. Vinculación con el medio.
  5. Investigación, creación y/o innovación.

Finalmente, la ley define estándares y niveles de logro para cada criterio.

La Comisión Nacional de Acreditación (CNA) materializó las definiciones sobre la acreditación institucional establecidas en la Ley sobre Educación Superior en los siguientes elementos:

a) Dimensiones: Áreas evaluadas en la acreditación institucional, conforme a criterios y estándares de calidad.

b) Criterios: Elementos o aspectos específicos vinculados a una dimensión que enuncian principios generales de calidad aplicables a las instituciones en función de su misión.

c) Estándares: Descriptor que expresa el nivel de desempeño o logro progresivo de un criterio. Dicho nivel se determina de manera objetiva para cada institución a partir de la evidencia obtenida en las distintas etapas del proceso de acreditación institucional.

La acreditación institucional integral comprende las cinco dimensiones que establece la ley, junto a las sedes, niveles y modalidades en que cada institución de educación superior (IES) desarrolla su oferta formativa.

Además, la ley incorpora una muestra intencionada de carreras y programas que se evalúa usando una metodología específica que recoge información sobre el modo en que integran los lineamientos institucionales.

La muestra intencionada (MI) no constituye una acreditación individual de los programas, sino que evalúa los mismos criterios y estándares de evaluación institucional, en especial la dimensión de aseguramiento interno de la calidad. La MI aporta información sobre el grupo de carreras seleccionadas, por lo cual se le otorga el tratamiento de un estudio de caso dentro del contexto general de la acreditación institucional integral.

El diseño e implementación de la MI se funda en los siguientes principios:

a) Transparencia: La selección de carreras para la muestra intencionada se basa en mecanismos formales, conocidos y replicables por las IES.

b) Equidad en la selección: El mecanismo de selección se sustenta en reglas objetivas e iguales para todas las IES, en función de las variables establecidas en la ley (principalmente áreas del conocimiento y sedes). Incorpora un componente aleatorio que minimiza los sesgos en la elección.

c) Eficiencia y eficacia: La cantidad de carreras seleccionadas para la MI debe tender al mínimo posible para cumplir con el objetivo establecido por la ley, de modo que no signifique una recarga excesiva de esfuerzo y tiempo al proceso de acreditación, ni para las IES ni para la CNA.

d) Foco en aseguramiento interno de la calidad: La MI permite evaluar el funcionamiento del sistema interno de aseguramiento de la calidad al interior de las carreras, para lo cual da cuenta de la aplicación, ajustes y resultados de las políticas y mecanismos institucionales de los programas seleccionados. Esto permite llegar a conclusiones sobre la equivalencia en la forma como se provee la formación en función de las políticas de cada IES.

  • Dibujante Proyectista
  • Diseño en Comunicación Visual
  • Derecho
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  • Magíster en Gerencia Pública
  • Magíster en Gestión de Información y Bibliotecología
  • Magíster en Estrategia y Control de Gestión
  • Magíster en Biomatemática

En el marco de la Acreditación Institucional Integral, las carreras conducentes al Título de Técnico de Nivel Superior  son objeto de evaluación de acuerdo con los criterios de calidad establecidos para el Subsistema Técnico Profesional. Dichos criterios son:

  • Criterio 1: Oferta formativa.
  • Criterio 2: Modelo educativo y perfiles de ingreso y egreso.
  • Criterio 3: Acceso y progresión del estudiantado.
  • Criterio 4: Empleabilidad.
  • Criterio 5: Cuerpo docente.
  • Criterio 14: Resultados e impacto en la vinculación con el medio.

Las universidades que desarrollen este tipo de oferta formativa deben incluir en su Informe de Autoevaluación un apartado específico  destinado a la correcta y exhaustiva abordaje de los criterios anteriormente señalados.

La Acreditación Institucional se clasifica en los niveles de Excelencia, Avanzada o Básica, clasificación que  depende directamente de los niveles de desarrollo progresivo que se exigen y del logro evidenciado por la institución.

Esta clasificación también determina la cantidad de años en que la institución deberá someterse a un nuevo proceso  de acreditación, plazo que guarda relación directa con los niveles antes indicados. Específicamente, para optar al  nivel de Excelencia, cuya duración es de **siete años**, se requiere contar con la acreditación de la totalidad de las  dimensiones, tanto obligatorias como voluntarias.

El proceso de acreditación comprende tres etapas fundamentales que garantizan el ciclo de calidad, la transparencia  y la mejora continua de las Instituciones de Educación Superior (IES):

  • Autoevaluación.
  • Evaluación externa.
  • Decisión de acreditación.

La UTEM finalizó su proceso de autoevaluación institucional, culminando con la elaboración del Informe de Autoevaluación Institucional (IAI)  y la Ficha Institucional de Datos, junto con las evidencias correspondientes. Este trabajo permitió la identificación de fortalezasdebilidades y oportunidades de mejora.

El IAI 2025 fue entregado a la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y ya se seleccionaron las carreras y programas que serán parte  de la Muestra Intencionada (MI). Actualmente, la Universidad se encuentra a la espera de la evaluación externa, instancia en la  que un comité de pares verificará en terreno la coherencia entre lo declarado en el informe y lo ejecutado por la institución.

El proceso de autoevaluación institucional de la UTEM se enmarca en el Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad (SINAC), específicamente en su Componente 4, el cual está orientado a la evaluación interna, la acreditación y la certificación de la calidad. Este proceso prepara a la Institución para los ciclos de acreditación y constituye una estrategia integral de autorregulación y mejora continua que genera información clave para la toma de decisiones estratégicas. Desde 2021, la Universidad ha proyectado y desarrollado este proceso con miras a la acreditación 2025, para lo cual alineó sus objetivos y el Plan de Desarrollo Institucional (PDI) 2021-2026 con los criterios y estándares de la CNA.

Gracias a la formalización interna del proceso mediante resoluciones, en 2024 se desplegó un trabajo participativo que involucró a todas y todos los actores de la comunidad universitaria y a actores externos mediante mesas de diálogo, encuestas, comisiones y encuentros bilaterales con vicerrectorías. Este esfuerzo dio lugar a un análisis crítico y validado de fortalezas, debilidades y oportunidades de mejora.

El resultado de este ejercicio es el Informe de Autoevaluación Institucional 2025 y el Plan de Mejora 2026-2031, el cual funciona como una hoja de ruta colectiva que transforma los hallazgos en acciones concretas, asegurando la mejora continua y fortaleciendo el desempeño institucional de la UTEM.

El proceso de consulta a informantes clave consistió en la recolección y sistematización de opiniones de la comunidad universitaria  y de actores externos, combinando enfoques cuantitativos y cualitativos. Para ello, se aplicaron encuestas de autoevaluación  ajustadas a los nuevos criterios y estándares de acreditación, lo que permitió recoger percepciones diferenciadas de cada estamento  respecto del cumplimiento institucional.

Además, se desarrollaron mesas de diálogo, en las que se profundizó en las visiones y experiencias de los distintos participantes.  La información obtenida se examinó aplicando técnicas de análisis temático y validación por pares, lo que aseguró la coherencia y  solidez de los hallazgos. Estos resultados fueron fundamentales para la toma de decisiones y la elaboración del IAI.

La Universidad Tecnológica Metropolitana será reconocida por su compromiso con el desarrollo sustentable, su sello tecnológico e innovador y la responsabilidad social de su comunidad, a través de una formación integral y de calidad a lo largo de la vida, y de su contribución a la generación y aplicación del conocimiento en beneficio del progreso de la sociedad.
 

Contribuir al progreso de la sociedad y al desarrollo sustentable de la Región Metropolitana y del país,  mediante la investigación, la creación y la transferencia del conocimiento, así como la formación integral  de personas a lo largo de la vida, con vocación tecnológica e innovadora y con un fuerte sentido de responsabilidad social.

Buscamos fomentar en cada integrante de nuestra comunidad el compromiso con la ética y los valores democráticos,  así como la capacidad y pasión por trabajar de manera colaborativa, creativa y efectiva en favor del mejoramiento  de la sociedad chilena y de la humanidad.

En coherencia con su misión, la Universidad Tecnológica Metropolitana se define como una institución  laica, humanista, pluralista, democrática, tecnológica y comprometida con el desarrollo del país.

Los sellos institucionales de la UTEM son la sustentabilidad, la responsabilidad social y la tecnología, y son transversales a su formación académica, su gestión institucional y su relación con el entorno.
 

El PDI 2021-2026 es un instrumento clave que define los objetivos, ejes estratégicos y directrices  que orientan el cumplimiento de la misión y visión institucional tanto en las unidades académicas  como administrativas.

El Sistema de Monitoreo de Estudiantes y Titulados (SMET) es una herramienta institucional  diseñada por el Departamento de Autoevaluación y Análisis (DAA), dependiente de la Dirección  General de Análisis Institucional y Desarrollo Estratégico (DGAI).

El SMET es un instrumento estratégico para producir evidencia longitudinal sobre los estudiantes y graduados,  con el fin de retroalimentar la gestión institucional, mejorar la retención y optimizar la inserción laboral de sus titulados.

Plataforma digital cerrada desarrollada por la DGAI. Su objetivo es consolidar, visualizar y gestionar  indicadores estratégicos en un solo lugar, de modo que las autoridades, las direcciones de escuela,  las jefaturas de carrera y los profesionales en general puedan tomar decisiones informadas.

En la UTEM, la información y los estudios de análisis institucional se difunden mediante correos masivos a toda la comunidad.  Además, están disponibles en plataformas digitales como SIGE y SMET, y se dan a conocer por medio de boletines ejecutivos,  informes publicados en la web institucional y presentaciones directas a las autoridades.

De esta manera, la Universidad asegura que la evidencia generada sea accesible, pertinente y utilizada activamente para la  toma de decisiones, la mejora continua y el fortalecimiento de los procesos de calidad, certificación y acreditación.

Para asegurar la calidad de la formación, la UTEM dispone de políticas y mecanismos alineados con  su modelo educativo, incluyendo un cuerpo académico calificado y dedicado, y procedimientos curriculares  que garantizan el diseño, implementación y actualización permanente de los programas de estudio,  en coherencia con la oferta formativa institucional.

El modelo educativo de la UTEM está centrado en el estudiantado y en el aprendizaje activo, con un enfoque  flexible, inclusivo y pertinente al contexto social, que articula la formación disciplinar con el desarrollo de  competencias transversales.

Además, promueve la vinculación con el medio, la interdisciplinariedad, la responsabilidad social, y se sustenta  en procesos de mejora continua y aseguramiento de la calidad.

Entre los diversos apoyos que la UTEM entrega al estudiantado, destacan: beneficios y becas internas y externas;  servicios de bienestar estudiantil y salud; programas de nivelación y tutorías académicas; acompañamiento  en progresión y titulación; apoyo en prácticas e inserción laboral; y espacios de participación cultural, deportiva e inclusiva  que fortalecen la experiencia universitaria integral.

Para optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, la UTEM cuenta con una política institucional sistemática de desarrollo docente  basada en dos ejes.

El primero corresponde al perfeccionamiento y capacitación docente, que, a partir de un diagnóstico anual, ofrece charlas,  talleres, asesorías y cursos de especialización en planificación, ambientes de aprendizaje y reflexión pedagógica, con  evaluaciones de resultados para asegurar la pertinencia y la mejora continua.

El segundo eje es el acompañamiento e innovación docente, que impulsa metodologías activas como Aprendizaje + Servicio (A+S)STEAM y COIL, apoyadas por programas de formación especializada, asesoría pedagógica directa y fomento de la investigación educativa aplicada,  todo lo cual fortalece la calidad y relevancia del proceso formativo.

En las siete versiones del Diplomado en Investigación en Docencia Universitaria (DIDU) y del Diplomado en Estrategias para la Docencia Universitaria (DEDU) se ha capacitado a 267 académicos y académicas en competencias metodológicas e investigativas, lo que ha impactado en la generación de publicaciones y en la mejora de las prácticas en el aula.

Por ejemplo, el Aprendizaje + Servicio (A+S) está presente en el 65 % de las carreras de pregrado tras su incorporación obligatoria en los planes de estudios, mientras que la metodología COIL se integró a los procesos de internacionalización institucional. Asimismo, se han conformado comunidades de aprendizaje docente en torno al enfoque STEAM, las que promueven la reflexión colaborativa, ajustes metodológicos y la investigación aplicada, evidenciada en la participación en congresos y en el aumento de publicaciones académicas.

Entre 2020 y 2025, la dotación académica aumentó de 864 a 926. Dado que se priorizaron las contrataciones con mayor dedicación horaria, las Jornadas Completas Equivalentes (JCE) se incrementaron de 396,8 a 423,1, lo que optimiza las condiciones de docencia y fortalece las funciones estratégicas.

En el mismo periodo se incorporaron 54 académicas, lo que elevó la participación femenina de 29,4 % a 33,3 % en la dotación total y de 30,4 % a 32,4 % en JCE. En 2024, el 25 % de la planta total y el 61 % del cuerpo académico en jornada completa poseía doctorado, con lo que se cumplió la meta institucional.

Aunque estos avances muestran una tendencia positiva, persisten brechas de equidad de género, lo que representa una oportunidad de mejora en el marco de la nueva Política Institucional de Género y su articulación con las acciones en I+D+i+e y creación.

El diseño curricular se basa en el modelo educativo y en los perfiles de egreso definidos con la participación del cuerpo académico, el estudiantado, titulados y empleadores. Los programas se ajustan periódicamente mediante comités curriculares, instancias en que se consideran indicadores académicos, la retroalimentación del entorno y metodologías innovadoras.

La actualización curricular, que se realiza aproximadamente cada cinco años, implica procesos mayores de rediseño y estudios de pertinencia, consulta a informantes clave, y benchmarking nacional e internacional. Todos los cambios son aprobados por instancias académicas formales (facultades y Consejo Académico) y se registran en los sistemas de aseguramiento de la calidad institucional.

La UTEM aborda los objetivos estratégicos, las políticas de desarrollo y la estructura organizacional, la cual está claramente definida y es funcional, en coherencia con la misión, visión y propósitos institucionales.

Asimismo, la Universidad cuenta con instancias de toma de decisiones adecuadas que aseguran el cumplimiento de sus fines institucionales.

Implica que la UTEM es capaz de gestionar eficazmente todas sus funciones, en coherencia con su  misión, visión y propósitos.

Además, sus decisiones estratégicas se enmarcan en un Plan de Desarrollo Institucional cuya  formulación fue participativa y es consistente con su ideario y con lo establecido por la ley.

La UTEM cuenta con mecanismos para el reclutamiento, selección, inducción, desarrollo profesional, evaluación y retiro de académicos, profesionales y administrativos.

Estos procesos están orientados a potenciar las capacidades de las personas y a fortalecer su desarrollo, todo lo cual contribuye al crecimiento y consolidación de la Institución.

La UTEM promueve la gestión de la convivencia, la equidad de género, la diversidad y la inclusión mediante políticas institucionales, protocolos y programas específicos que resguardan los derechos de toda la comunidad universitaria.

Estas acciones se complementan con instancias de formación, acompañamiento y espacios de participación que fortalecen una cultura universitaria basada en el respeto, la igualdad y la no discriminación para toda la comunidad universitaria.

Sí. Desde 2022 la UTEM cuenta con una Política Institucional de Género que orienta acciones y protocolos para  promover la equidad, prevenir y sancionar situaciones de discriminación y violencia, y garantizar condiciones de respeto e inclusión para toda la comunidad universitaria.

Los principios orientadores que guían la Institución son ocho, y se detallan a continuación:

  1. Respeto, protección y promoción de los derechos humanos.
  2. Igualdad.
  3. Equidad.
  4. No discriminación.
  5. Justicia.
  6. Diversidad.
  7. Responsabilidad social.
  8. Pluralismo, democracia y participación.

El diseño curricular se basa en el modelo educativo y en los perfiles de egreso definidos con la participación del cuerpo académico, el estudiantado, titulados y empleadores. Los programas se ajustan periódicamente mediante comités curriculares, instancias en que se consideran indicadores académicos, la retroalimentación del entorno y metodologías innovadoras.

La actualización curricular, que se realiza aproximadamente cada cinco años, implica procesos mayores de rediseño y estudios de pertinencia, consulta a informantes clave, y benchmarking nacional e internacional. Todos los cambios son aprobados por instancias académicas formales (facultades y Consejo Académico) y se registran en los sistemas de aseguramiento de la calidad institucional.

La gestión de recursos institucionales es el conjunto de políticas, mecanismos y medios destinados a  administrar de manera eficiente los recursos operativos y económicos de la UTEM, de modo de garantizar  el desarrollo de las actividades universitarias y asegurar el cumplimiento de los objetivos establecidos en el PDI 2021-2026.

El aseguramiento interno de la calidad corresponde al conjunto de políticas, mecanismos e instrumentos institucionales que permiten evaluar, monitorear y mejorar de manera permanente todas las funciones universitarias.

En coherencia con el modelo educativo y el PDI actual, este proceso busca garantizar la excelencia formativa, la gestión eficiente y la mejora continua, involucrando activamente a los diferentes niveles, estamentos y funciones de la comunidad universitaria.

La responsabilidad del aseguramiento de la calidad en la UTEM recae en toda la comunidad universitaria, pues es un compromiso ético de la Universidad y del Estado. Su conducción institucional está a cargo de la rectoría y de todas las vicerrectorías, que se encargan de velar por que los lineamientos de calidad institucional se impregnen en cada acción que desarrollen.

Por su parte, la Dirección General de Análisis Institucional y Desarrollo Estratégico (DGAI) coordina los procesos de autoevaluación, acreditación y mejora continua. Además, cada unidad académica y administrativa asume un rol activo en la implementación de políticas, el seguimiento de indicadores y la ejecución de planes de mejora, consolidando así una cultura de calidad compartida y transversal.

La Dirección de Aseguramiento de la Calidad de los procesos formativos de pre y postgrado lleva adelante procesos de autoevaluación de programas con la CNA y con agencias privadas.

Sí. En diciembre de 2022 el Consejo Superior de la UTEM aprobó la Política Integral de Gestión y Aseguramiento de la Calidad, la cual es transversal al quehacer universitario.

Esta política define la calidad como un principio fundamental ligado al cumplimiento de los fines institucionales, alineado con los criterios del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, y se implementa mediante procesos permanentes, sistemáticos y de mejora continua en todas las áreas y niveles de la Universidad.

Los principales mecanismos de aseguramiento de la calidad en la UTEM son la Política y el Modelo de Calidad Institucional,  el Sistema de Gestión Estratégica (SIGE), el Sistema de Monitoreo de Estudiantes y Titulados (SMET), las encuestas y procesos  de autoevaluación, los planes de mejora, y las instancias de seguimiento y evaluación periódica, que involucran a toda la  comunidad universitaria.

A ello se suma el trabajo de la Vicerrectoría Académica, que asegura la calidad en pregrado y postgrado mediante el  rediseño curricular, la implementación de metodologías activas y el fortalecimiento de la formación continua del cuerpo académico.  La Vicerrectoría de Finanzas aporta con mecanismos de gestión y control que garantizan la sostenibilidad institucional y la  adecuada asignación de recursos.

La Vicerrectoría de Vinculación con el Medio asegura la pertinencia y bidireccionalidad de las acciones con el entorno,  retroalimentando la docencia y la investigación. Finalmente, la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado fortalece la  producción científica, la innovación y la internacionalización integrando estándares de calidad en proyectos, publicaciones  y programas de postgrado.

El aseguramiento de la calidad de los programas formativos en la UTEM se entiende como el  conjunto de políticas, mecanismos y procesos curriculares orientados al diseño, implementación,  seguimiento y actualización de las carreras y postgrados, en coherencia con el modelo educativo y  la oferta institucional. Su propósito es garantizar una formación pertinente, de excelencia y la mejora continua.

Esto se consolida en un sistema integral de aseguramiento de la calidad, articulado en el SINAC (2024),  que aplica procedimientos transversales en pregrado, postgrado y educación continua. Este modelo combina  pertinencia académica, retroalimentación de actores externos y certificaciones de calidad (ISO 9001:2015 y NCh 2728:2025),  fortaleciendo la cultura de mejora continua.

El sistema opera sobre cuatro pilares:

  • Currículum: diseño, actualización y auditorías periódicas; todas las carreras y programas fueron  auditados entre 2020–2024, con más de la mitad de los planes alineados al Modelo Educativo 2023.
  • Aprendizajes: monitoreo mediante el SISPTE y el SINAP, que articulan caracterizaciónnivelación, tutorías y apoyo psicoeducativo.
  • Docencia: evaluación y apoyo al desempeño docente con instrumentos renovados y encuestas a diversos actores.
  • Soportes institucionales: infraestructura, bibliotecas, laboratorios y recursos digitales monitoreados  a través de la Plataforma Calidad UTEM.

En la UTEM, la vinculación con el medio se entiende como la función institucional que conecta a la  Universidad con su entorno social, cultural, productivo y territorial a través de proyectos, programas  y alianzas que generan impacto bidireccional.

Su propósito es fortalecer la formación del estudiantado, aportar al desarrollo del país, y consolidar  el compromiso de la Universidad con la transformación social y la sostenibilidad.

Cuando se habla de bidireccionalidad en la vinculación con el medio (VcM) se hace referencia a que  las acciones, programas o proyectos no son unidireccionales, es decir, no se limitan a que la  Universidad transfiera conocimientos o recursos al entorno, sino que deben sostenerse en un  intercambio recíproco entre la Institución y los actores externos (comunidad, sector público,  sector privado, organizaciones sociales, etcétera).

Sí. La UTEM cuenta con una Política de Vinculación con el Medio (actualizada en 2023) que orienta  su relación con el entorno social, cultural, productivo y territorial.

Esta política establece lineamientos, mecanismos e instrumentos que aseguran la bidireccionalidad, la pertinencia  y el impacto de las acciones de vinculación, en coherencia con su misión y el PDI.

La VcM aporta al ámbito microcurricular al integrar experiencias y problemáticas del entorno en el  proceso formativo mediante metodologías como el A+S, prácticas profesionales, proyectos de aula  y actividades de extensión.

Esto permite que el estudiantado desarrolle competencias en diálogo con la realidad social y profesional,  lo que enriquece su aprendizaje y fortalece la pertinencia de los programas de estudios.

La VcM aporta al ámbito macrocurricular orientando el diseño y actualización de los planes de estudios para asegurar que respondan a las necesidades del entorno social, cultural, productivo y territorial.

Para ello, cuenta con los foros de tendencia de empleabilidad, que permiten mantener la pertinencia y coherencia de la oferta formativa con la misión institucional y con las demandas del país.

La VcM contribuye a la educación continua mediante el diseño y ejecución de programas, diplomados, cursos y capacitaciones que responden a las necesidades del entorno social, profesional y productivo.

Además, levanta de forma participativa y con actores externos las necesidades de formación y capacitación, lo que asegura la pertinencia, actualización y proyección del conocimiento, y fortalece la relación bidireccional entre la Universidad y la sociedad.

La VcM en la UTEM se relaciona con la investigación y el postgrado mediante proyectos y programas que conectan la generación de conocimiento con las necesidades del entorno.

Esto se traduce en investigaciones aplicadas, transferencia tecnológica, innovación y formación avanzada, todo lo cual fortalece la pertinencia social y académica del trabajo investigativo y de los programas de postgrado.

El ámbito de extensión en la UTEM se desarrolla desde la VcM mediante actividades culturales, artísticas, científicas y sociales abiertas a la comunidad universitaria y al entorno.

Una pieza clave en este sentido son los Laboratorios de Gestión Cultural, que permiten articular proyectos con actores territoriales y comunitarios, lo que fortalece la identidad institucional y genera un impacto bidireccional en la vida cultural y social de la Región Metropolitana y del país.

En la UTEM, las actividades de VcM permiten la retroalimentación y bidireccionalidad con el entorno  al generar un intercambio de saberes, experiencias y soluciones entre la Universidad y los actores sociales, culturales, productivos y territoriales.

Este proceso enriquece tanto la formación y la investigación como el desarrollo del entorno, asegurando su  pertinencia e impacto, y una relación colaborativa y sostenible.

En la UTEM, la investigación, la creación y la innovación son una función esencial que está orientada a la generación y aplicación de conocimiento, tecnologías y expresiones creativas que aporten a la solución de problemas del entorno y al desarrollo científico, tecnológico, artístico y cultural.

Su propósito es fortalecer la pertinencia social, consolidar la formación del estudiantado de pre y postgrado, y contribuir a la transformación sostenible del país en coherencia con su misión institucional.

Sí. Desde 2024 la UTEM cuenta con una Política de Investigación, Desarrollo, Innovación, Emprendimiento y Creación cuyo origen es la Política de Investigación, Desarrollo, Innovación y Creación de 2015 (Res. 0333/2015).

La actual política orienta la generación de conocimiento, tecnologías y expresiones creativas con pertinencia social, y establece lineamientos para fortalecer la investigación, la transferencia, la innovación y la creación, en coherencia con su misión institucional y las demandas del entorno.

La Política de I+D+i+e y Creación funciona a través de lineamientos, mecanismos e instrumentos que orientan el desarrollo de los proyectos de investigación, innovación, emprendimiento y creación en todas las áreas del quehacer universitario.

Su implementación, que se articula con el PDI, fomenta la participación del cuerpo académico y del estudiantado, y promueve la transferencia de conocimiento y la vinculación con el entorno asegurando su pertinencia, impacto y sostenibilidad.

La Política de I+D+i+e y Creación de la UTEM incorpora la ética y los criterios de calidad al establecer lineamientos que aseguran que toda investigación, innovación, emprendimiento y creación se desarrolle en coherencia con los principios de integridad, rigor científico, pertinencia social y responsabilidad institucional.

Asimismo, se ajusta a los estándares y buenas prácticas de la comunidad científica, tecnológica, disciplinaria y artística tanto nacional como internacional, garantizando la calidad, transparencia e impacto de sus resultados.

Los principales logros se expresan en el aumento sostenido de proyectos y publicaciones científicas, en el fortalecimiento de líneas de investigación prioritarias, en la consolidación de los programas de postgrado, y en el desarrollo de iniciativas de innovación, transferencia tecnológica y creación artística y cultural.

Estos avances han aumentado la visibilidad, impacto y pertinencia social de la producción académica de la Universidad.

Los impactos de los productos y resultados de la investigación en la UTEM se reconocen a través de  su publicación en revistas indexadas, la participación en congresos y redes académicas, la  transferencia tecnológica y de conocimiento, la innovación y creación con impacto social y cultural,  así como mediante indicadores de visibilidad, citación y pertinencia, los cuales evidencian su aporte  a la comunidad científica y al entorno.